Suelo Pélvico y Prolapso de Órganos Pélvicos

El suelo pélvico está formado por un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior y su función es sostener los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en una determinada posición.

Constituye un complejo entramado funcional que incluye complejos músculos, fascias y ligamentos, que tendrán gran importancia en el sostenimiento de los órganos pélvicos, en la contención y excreción fecal y urinaria, así como en la función sexual.

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El suelo pelviano está constituido por el diafragma pelviano y, en la parte anterior de la línea media, la membrana perineal y los músculos del espacio perineal profundo. Separa la cavidad pélvica, situada cranealmente, del periné, que lo hace caudalmente.

Los datos disponibles indican que existen variaciones en la incidencia en los prolapsos de los organos pélvicos (POP) con el número de partos, la edad y la raza. El riesgo de sufrir una intervención por POP a lo largo de la vida en una mujer de 80 años es del 11%.

Al menos el 40-60% de las mujeres con incontinencia urinaria de esfuerzo precisarán un procedimiento simultáneo para la curación del POP, pero es difícil determinar la prevalencia de POP. Un estudio sueco muestra una prevalencia del 30% entre las mujeres de 20-59 años. Un 2% de este grupo de edad tienen prolapsos en el introito.

Los prolapsos de los organos pélvicos se dividen según en compartimento vaginal afectado en:

  • Prolapso anterior:

a) Cistouretrocele.
b) Cistocele.

  • Prolapso apical:

a) Uterovaginal.
b) Cúpula vaginal (tras histerectomía).

  • Prolapso posterior:

a) Enterocele.
b) Rectocele.

En el esquema que ponemos a continuación, puede verse la implicación de cada uno de los compartimentos en la sintomatología clínica.

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Los principios básicos del tratamiento son:

• Restaurar y mantener la continencia urinaria y fecal.

• Reponer las estructuras pelviana a su posición anatómica normal.

• Mantener la capacidad de una función sexual (coital) normal.

• Corregir cualquier anomalía pelviana coexistente.

• Aliviar síntomas anómalos.

• Obtener un resultado duradero.

Como hemos comentado el tratamiento puede ser quirúrgico, mediante abordajes vaginal, abdominal, laparoscópico o asistido por robot Da Vinci.

COLPOSACROPEXIA ROBÓTICA

Habitualmente en todos los abordajes necesitamos la utilización de mallas de polipropileno macroporo.