El placer es mornentáneo, la posicion ridícula y el dispendio execrable», advierte el flemático Lord Chesterfield a su hijo. El dispendio execrable contiene millones de espermatozoides, según afirma Tim Birkhead en este libro tan sorprendente (un hombre produce 125 millones de espermatozoides cada dia y dos billones durante su vida). Y esos millones de animálculos, una vez liberados, inician una de las carreras evolutivas mas extraordinarias en su denodado ahínco por alcanzar el óvulo.
Charles Darwin se habria sentido anonadado ante el fulgor de esa carrera de obstáculos y ante las diferentes estrategias reproductivas puestas en juego. Como escribe Birkhead, la evolución continúa mas el coito: es mas, a su parecer, es cuando se produce una nueva y mas importante selección. La del espermatozoide mas apto.
Por tanto, los machos no solo competiran para aparearse, sino también tras la copula. La promiscuidad que presentan casi todas las especies (la monogamia estricta tan sólo se observa en un reducido grupo de seres vivos) explica la alta competencia espermática y al mismo tiempo los esfuerzos y estratagemas que desarrollan los machos para impedir el acceso de otros candidatos. Como demuestra el autor, la promiscuidad es muy elevada, y los hijos ilegitimos abundan en todas las especies. Y no solo eso, sino que, segun parece, ser un Don Juan es adaptativo: «Aquellos machos habiles a la hora de conseguir fecundaciones fuera de la pareja tienen asimismo menos probabilidades de ser encornudados». Quiza en ocasiones el autor se excede en el uso de la expresion poner los cuernos, y más aún en la conjugación de encornudar. También a veces cae en el chis- tc facil, totalmerlme innecesario (“el resultado es un enomie despllfarro de espermatuzuides, asumo que ha preocupado durante años a los biologos, principalmente a los machos»)
Pero a pesar de estas pequenas observaciones, el generalizado dispendio de esperrna es tan apabullante que mantiene al lector atento hasta el final. Además la especie humana no es ajena a las discusiciones de este ecologo de la Universidad de Sheffield, que combine con habilidad la biologla con la cultura: «El término testículo tiene la misma raiz que testamento o testigo, y deriva de la costumbre romana de sostener los testículos cuando se prestaba juramento», Promiscuidad y jurarmento; he aqui el origen de todo!